Documentales
Aurelio.ws
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Este trabajo en realidad comenzó el año 2008 cuando el Teatro de la Luna pidió a María Cueto y a Mariano Arsuaga que realizaran la escenografía para la obra de títeres El Jardinero. Ellos se pusieron en contacto conmigo para que les ayudara con la infografía. Laureano Olaetxea proporcionó la serigrafía e Idota Elósegi los troncos de los árboles. Según avanzaba el desarrollo de la escenografía y viendo que había mucho material en forma de dibujos, texturas y fotografías, se planteó al C.I.T. la posibilidad de realizar una exposición en el hall del cine Leidor para que de forma didáctica explicara el desarrollo de la construcción de una escenografía. Con el apoyo del C.I.T. y con la exposición ya en marcha se pensó que un vídeo que mostrara el montaje de la escenografía y fragmentos de la representación sería un buen complemento para la exposición. Así entramos en contacto con el Koldo Mitxelena de San Sebastián para proponerles la realización del vídeo. Conseguido su apoyo y con la idea de una exposición ahora itinerante, las relaciones con la compañía del Teatro de la Luna se rompieron y el vídeo programado fue imposible de realizar.
Como lo anteriormente planteado era inviable y había que continuar, compromisos económicos obligaban, además el C.I.T. y KM seguían dándonos su apoyo, el vídeo se nutrió de una serie de obras representadas en el Titirijai´08.
Este vídeo de 24 minutos de duración, no es un “Making Of “aunque muestra procesos de creación. Desde el principio se nos plantea una meta, más bien un anhelo: el jardín como un bien. El proceso se dirigirá hacia ese fin. Los fragmentos de los espectáculos del Titirijai´08 dinamizan la obra pero sobre todo nos guían por una red de sentimientos que parecen anticiparnos lo que está por venir. Los momentos en que vemos a María, Mariano, Laureano e Idoia aparecen mostrados como acciones inalienables, plenamente conscientes. La intención de todo esto era reconstruir un estado emocional del que formamos parte, aunque finalmente no alcanzáramos lo esperado. El sentimiento final es que el único jardín que podemos habitar es el que nosotros mismos somos capaces de construir.
